Una cervecera internacional enfrentaba uno de los retos más importantes en el mercado actual: producir cerveza sin alcohol sin sacrificar el sabor, el cuerpo ni el perfil aromático característico de sus versiones tradicionales. A medida que crecía la demanda global de bebidas con bajo o nulo contenido alcohólico, también lo hacía la presión por mantener […]
Un grupo cervecero internacional con operaciones en múltiples países enfrentaba el desafío de garantizar una calidad de producto constante en todas sus plantas, independientemente del lugar, tamaño o cultura operativa. Con la creciente complejidad de su red global, necesitaban una solución que les permitiera estandarizar procesos críticos, mejorar la eficiencia energética y garantizar la inocuidad del producto final.

Problemáticas detectadas:
- Variabilidad en la calidad del producto entre distintas plantas, causada por diferencias en tecnología, diseño y operación.
- Dificultades para escalar nuevas recetas o lanzamientos globales de forma consistente.
- Consumo energético elevado en procesos como la fermentación, filtración y limpieza.
- Necesidad de capacitación y soporte técnico especializado para equipos en distintas regiones.
Solución implementada:
El grupo cervecero adoptó una estrategia de colaboración técnica global, implementando soluciones de proceso estandarizadas en todas sus plantas, incluyendo sistemas modulares para fermentación, filtración, limpieza CIP, recuperación de calor y manejo de levadura. Esto permitió una mayor uniformidad en las operaciones y una base tecnológica común adaptable a cada contexto.
Resultados obtenidos:
- Calidad de cerveza homogénea en todas las ubicaciones, facilitando su posicionamiento como marca global.
- Reducción del consumo de agua, vapor y productos químicos gracias a tecnologías de eficiencia energética.
- Optimización de tiempos de operación y mantenimiento, aumentando la disponibilidad de línea.
- Estandarización que facilitó la capacitación del personal y redujo la curva de aprendizaje en nuevas plantas.
Este caso demuestra que una estrategia de estandarización bien implementada, respaldada por soluciones de ingeniería robustas, puede ayudar a empresas con presencia internacional a mantener la calidad, controlar costos y escalar con éxito en industrias tan sensibles como la de bebidas.
