Una cervecera internacional enfrentaba uno de los retos más importantes en el mercado actual: producir cerveza sin alcohol sin sacrificar el sabor, el cuerpo ni el perfil aromático característico de sus versiones tradicionales. A medida que crecía la demanda global de bebidas con bajo o nulo contenido alcohólico, también lo hacía la presión por mantener […]

Una cervecera en el Reino Unido enfrentaba desafíos relacionados con el alto consumo de energía y limitaciones de capacidad en su sistema de enfriamiento de mosto, una etapa crítica del proceso cervecero. En el contexto de un crecimiento sostenido en la demanda, la planta necesitaba optimizar sus equipos para sostener su expansión sin disparar los costos operativos ni comprometer la calidad del producto.
Problemáticas detectadas:
- Sistema de enfriamiento del mosto con eficiencia térmica limitada, lo que generaba mayores tiempos de espera y consumo energético elevado.
- Incapacidad de cumplir con los planes de producción durante picos de demanda sin afectar la eficiencia general de la planta.
- Objetivo estratégico de reducir la huella de carbono y mejorar la sostenibilidad general de la operación.
- Dificultad para implementar mejoras sin interrumpir significativamente la producción.
Solución implementada:
La empresa reemplazó su sistema anterior por un nuevo intercambiador de calor de última generación específicamente diseñado para la etapa de enfriamiento del mosto. Este equipo no solo mejoró la capacidad térmica del sistema, sino que también integró soluciones de recuperación energética que permiten reutilizar el calor residual en otras áreas del proceso.
Resultados obtenidos:
- Reducción del 42% en el consumo de energía térmica, con una importante mejora en la eficiencia global del proceso.
- Disminución del tiempo de enfriamiento, lo que aumentó la capacidad de producción diaria sin ampliar la planta.
- Optimización de la utilización de vapor y agua de enfriamiento.
- Mejora en la trazabilidad y control de parámetros críticos del proceso cervecero.
Este caso demuestra cómo una inversión estratégica en un equipo crítico puede transformar los indicadores operativos y ambientales de una planta cervecera, logrando una producción más eficiente, sustentable y adaptable a las necesidades del mercado.
