Una cervecera internacional enfrentaba uno de los retos más importantes en el mercado actual: producir cerveza sin alcohol sin sacrificar el sabor, el cuerpo ni el perfil aromático característico de sus versiones tradicionales. A medida que crecía la demanda global de bebidas con bajo o nulo contenido alcohólico, también lo hacía la presión por mantener […]

La industria del aceite de palma enfrenta una presión creciente para reducir su impacto ambiental, especialmente en relación con el tratamiento de sus residuos líquidos altamente contaminantes, conocidos como efluentes del proceso de extracción (POME)
Problemáticas detectadas:
- Generación masiva de aguas residuales (POME) con alta carga orgánica, difíciles de tratar mediante métodos convencionales.
- Riesgo de contaminación ambiental y emisión de gases de efecto invernadero por descomposición de materia orgánica.
- Necesidad urgente de alinearse a estándares globales de sostenibilidad para acceder a mercados internacionales.
- Ausencia de soluciones eficientes que pudieran recuperar recursos útiles de los efluentes sin generar costos excesivos.
Solución implementada:
Se introdujo una tecnología de evaporación avanzada para el tratamiento del efluente POME, que permite concentrar el contenido sólido del residuo y recuperar agua tratada, reduciendo drásticamente el volumen de residuo líquido. Esta tecnología, integrada al proceso industrial, permite operar con menor consumo energético y facilita el cumplimiento de las normativas ambientales más exigentes.
Resultados obtenidos:
- Reducción significativa de la carga orgánica en los residuos líquidos, minimizando su impacto en el entorno.
- Recuperación de agua útil para otros procesos internos, reduciendo la demanda de agua fresca.
- Disminución en la emisión de metano, ayudando a reducir la huella de carbono de la planta.
- Posibilidad de usar los concentrados sólidos como materia prima para compostaje o generación de energía.
Este caso demuestra cómo la implementación de soluciones tecnológicas especializadas puede convertir un residuo crítico en una oportunidad de eficiencia y sostenibilidad, ayudando a las empresas del sector agroindustrial a cumplir con los compromisos ambientales globales sin comprometer su productividad.
